CAPÍTULO XI

El pueblo se queja, el Señor se disgusta, y muchos de ellos

son consumidos por el fuego, 1.

Moisés intercede por ellos y el fuego se apaga, 2.

El lugar se llama Taberah, 3.

La multitud mixta anhela carne y murmura, 4-6.

Se describe el maná, 7-9.

El pueblo llora en sus tiendas y el Señor se disgusta, 10.

Moisés lamenta su suerte al verse obligado a escuchar 

y soportar sus murmuraciones, 11-15.

Se le ordena que traiga a Dios a setenta de los ancianos para que

les dé el mismo espíritu y les haga repartir la carga con él, 16, 17.

También se le ordena que informe al pueblo de que tendrá

carne durante todo un mes, 18-20.

Moisés expresa su duda sobre la posibilidad de esto, 21, 22.

El Señor confirma su promesa, 23.

Los setenta hombres son llevados al tabernáculo, 24;

y el espíritu de profecía se posa sobre ellos, 25.

Eldad y Medad se quedan en el campamento y profetizan, 26, 27.

Josué suplica a Moisés que se lo prohíba, 28.

Moisés se niega, 29, 30.

Un viento del Señor trae codornices al campamento, 31, 32.

Mientras se alimentan de la carne, una plaga del Señor cae

sobre ellos, y muchos de ellos mueren, 33.

El lugar se llama Kibroth-hattaavah, o las tumbas de la lujuria, 34.

Viajan a Hazeroth, 35.

NOTAS SOBRE EL CAP. XI

Versículo Números 11:1 . Y cuando la gente se quejó.  No sabemos cuál fue la causa de estas quejas. La conjetura de San Jerónimo es probable; se quejaban por la longitud del camino. Pero, sin duda, ningún pueblo tuvo nunca menos motivos para murmurar; tenían a Dios entre ellos, y continuamente se hacían milagros de bondad en su favor.

No agradó al Señor. Porque su extraordinaria bondad se perdió en un pueblo tan ingrato y rebelde. Y se encendió su ira - La justicia divina se indignó necesariamente contra una conducta tan inexcusable.

Y el fuego del Señor se encendió entre ellos. O bien se envió un fuego sobrenatural para esta ocasión, o el rayo fue encargado contra ellos, o Dios los golpeó con uno de esos vientos calientes sofocantes que son muy comunes en esos países.

Y consumido - en las partes más remotas del campamento.  Penetró en todo el campamento, desde el centro hasta la circunferencia, llevando consigo la muerte a todos los murmuradores; pues no debemos suponer que se limitó a las partes más alejadas del campamento, a menos que podamos imaginar que no había culpables en ningún otro lugar. Si esto fuera igual al caso mencionado en Números 11:4,  entonces, como es posible que la multitud mixta ocupara las partes más alejadas del campamento, en consecuencia la quema podría haberse limitado a ellas.

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