¿Proviamos al Señor a los celos? ... como lo hacen culpable de la idolatría en cualquier forma: nada es más resentido por Dios, o lo agita más a la ira y la furia, y para infligir el castigo; Él no puede soportar, ni admitirá un rival en la adoración religiosa; Él es un dios celoso de su propio honor; Tampoco le dará, o sufrirá para ser dados por otros, su alabanza y su gloria a las imágenes de Graven:

¿Somos más fuertes que él? Entrar en prácticas idólotadas, es proclamar y entrar en una guerra contra Dios; ¿Y qué locura debe ser esto? ¿Quién puede ser tan cagrado y estúpido como para pensar en tener éxito? Cuando Dios es omnipotente, y el hombre es una mala criatura impotente débil, un gusano, y pero polvo y cenizas: así el apóstol se disuila de la idolatría, y cada especie y rama de la misma; en parte de su mal efecto, al traer a los hombres a la comunión con los demonios; y en parte de la imposibilidad de practicarlo, en consistencia con una participación verdadera y real de la Copa y la Tabla del Señor; y de la absurda y la estupidez de ello, y su consecuencia peligrosa, al exponer a los hombres a la venganza de un ser incensado todopoderoso.

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