1 Corintios 10:1-33

1 No quiero que ignoren, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y que todos atravesaron el mar.

2 Todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar.

3 Todos comieron la misma comida espiritual.

4 Todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.

5 Sin embargo, Dios no se agradó de la mayoría de ellos; pues quedaron postrados en el desierto.

6 Estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no seamos codiciosos de cosas malas, como ellos codiciaron.

7 No sean idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó para divertirse.

8 Ni practiquemos la inmoralidad sexual, como algunos de ellos la practicaron y en un solo día cayeron veintitrés mil personas.

9 Ni tentemos a Cristo, como algunos de ellos le tentaron y perecieron por las serpientes.

10 Ni murmuren, como algunos de ellos murmuraron y perecieron por el destructor.

11 Estas cosas les acontecieron como ejemplos y están escritas para nuestra instrucción, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades.

12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

13 No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no los dejará ser tentados más de lo que ustedes pueden soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la puedan resistir.

14 Por tanto, amados míos, huyan de la idolatría.

15 Como a sensatos les hablo; juzguen ustedes lo que digo.

16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

17 Puesto que el pan es uno solo, nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo; pues todos participamos de un solo pan.

18 Consideren al Israel según la carne: Los que comen de los sacrificios, ¿no participan del altar?

19 ¿Qué, pues, quiero decir? ¿Que lo que es sacrificado a los ídolos sea algo, o que el ídolo sea algo?

20 Al contrario, digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios, y no a Dios. Y yo no quiero que ustedes participen con los demonios.

21 No pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios. No pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.

22 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Seremos acaso más fuertes que él?

23 Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica.

24 Nadie busque su propio bien, sino el bien del otro.

25 Coman de todo lo que se vende en la carnicería, sin preguntar nada por motivo de conciencia;

26 porque del Señor es la tierra y su plenitud.

27 Si algún no creyente los invita, y quieren ir, coman de todo lo que les pongan delante, sin preguntar nada por motivo de conciencia.

28 Pero si alguien les dice: “Esto ha sido sacrificado en un templo”, no lo coman, por causa de aquel que lo declaró y por motivo de conciencia.

29 Pero no me refiero a la conciencia tuya, sino a la del otro. Pues, ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia de otro?

30 Si yo participo con acción de gracias, ¿por qué he de ser calumniado por causa de aquello por lo cual doy gracias?

31 Por tanto, ya sea que coman o beban, o que hagan otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

32 No sean ofensivos ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios;

33 así como yo en todo complazco a todos, no buscando mi propio beneficio sino el de muchos, para que sean salvos.

CAPITULO 10

EL PELIGRO DE PARTICIPAR EN LA IDOLATRIA ILUSTRADO POR LA HISTORIA DE ISRAEL: TAL COMUNION ES INCOMPATIBLE CON LA PARTICIPACION EN LA CENA DEL SEÑOR. UNO DEBE ABSTENERSE HASTA DE LAS COSAS LICITAS PARA NO PERJUDICAR A LOS HERMANOS DEBILES.

1. Porque—Palabra ilativa que une este capítulo con el anterior. No obstante todos vuestros privilegios, debéis practicar una vigilancia abnegada para que no lleguéis a ser reprobados. Los israelitas, a pesar de todos sus privilegios, fueron casi todos desechados por falta de ella. no quiero,… que ignoréis—No obstante todo vuestro “conocimiento” jactancioso. que nuestros padres—La iglesia judaica está en la categoría de madre de la iglesia cristiana. todos estuvieron—Dando a “todos” el énfasis requerido. Ni uno solo de tan grande multitud, fué detenido en su viaje por la fuerza o por enfermedad (Salmo 105:37). [Bengel.] La palabra “todos” se repite cinco veces en la enumeración de los cinco favores que Dios impartió a Israel (vv. 1-4). Y correspondiendo a esto, cinco veces, pecaron ellos contra Dios (vv. 6-10). En contraste con el término “todos” está el término “los más de ellos” del v. 5. Todos ellos tuvieron grandes privilegios, pero muchos de ellos fueron desechados a causa de la codicia. Mirad pues vosotros, los que gozáis de privilegios aun mayores, que no recibáis condenación similar a causa de un pecado semejante. Aquí continúa Pablo al raciocinio del cap. 9:24: “Los que corren en el estadio, todos corren, mas uno lleva el premio.” bajo la nube—estuvieron continuamente bajo la protección de la columna de nube, que era un símbolo de la presencia divina (Éxodo 13:21; Salmo 105:39; comp. Isaías 4:5). y todos pasaron la mar—Por la milagrosa interposición de Dios en favor de ellos (Éxodo 14:29).

2. YY así. [Bengel.] todos en Moisés fueron bautizados—Este siervo de Dios representaba la alianza de la ley del Antiguo Testamento, así como Jesús, el Hijo de Dios, representaba el convenio evangélico (Juan 1:17; Hebreos 3:5). El pueblo fué convencido de que Moisés era un siervo de Dios, por el milagro de la nube que los protegía y por haberlos conducido a salvo a través del mar Rojo; y por tanto, se dice que “fueron bautizados en él” (Éxodo 14:31). El término “bautizados” aquí equivale a “iniciados:” y está usado en relación con el argumento de Pablo dirigido a los corintios: ellos, es verdad, fueron “bautizados,” pero también lo fueron virtualmente los israelitas de antiguo. Y si el bautismo virtual de éstos de nada sirvió para salvarlos de la condena de la codicia, tampoco el bautismo efectivo de aquéllos los salvará. Hay una semejanza entre los símbolos también: pues la nube y la mar consistían de agua, y como éstas encubrieron a los israelitas de la vista, y luego los volvieron a la vista, así también el bautismo hace esto con los bautizados. [Bengel.] Olshausen entiende que “la nube” y “la mar” simbolizan el espíritu y el agua respectivamente (Juan 3:5; Hechos 10:44). Cristo es el pilar de nube que nos esconde del calor de la ira de Dios. Cristo, como “la luz del mundo”, es nuestra “columna de fuego” que nos guía en las tinieblas del mundo. Así como la peña herida arrojó agua, así también Cristo, herido una vez por todas, derrama las aguas del Espíritu. Y así como el maná alimentó a Israel, así Cristo, cuando “plugo a Dios herirlo”, vino a ser nuestro alimento espiritual. Una fuerte prueba de la inspiración de este pasaje, es el hecho de que las partes históricas de la Escritura, sin que los redactores tuvieran el conocimiento de ello, son profecías veladas del porvenir.

3. comieron la misma vianda espiritual—Así como los israelitas tuvieron el agua de la peña que corresponde al bautismo, así mismo tuvieron el maná que corresponde a la otra de las dos ceremonias del cristianismo, la cena del Señor. Pablo patentemente insinúa la importancia que daban a estos dos ritos todos los cristianos de entonces: “protesta inspirada contra aquellos que rebajan la dignidad, o repudian la necesidad de los mismos.” [Alford.] Con todo, el apóstol se guarda de ir al otro extremo y pensar que la mera posesión externa de tales privilegios aseguran la salvación. Además, si hubiese habido siete “sacramentos,” como Roma lo enseña, San Pablo hubiera hecho alusión a los mismos, mientras que solamente menciona dos. Al usar la expresión “la misma vianda”, el apóstol no quiere decir que los israelitas y los cristianos tengamos el “mismo” simbolismo;3 sino que los israelitas creyentes e incrédulos tuvieron “el mismo” privilegio espiritual del maná (véase v. 17). Fué una “vianda espiritual,” porque fué dada por el poder del espíritu de Dios, no por el trabajo humano. [Grocio y Alford.] Expresiones similares son: Gálatas 4:29 : “nacidos del Espíritu,” esto es, sobrenaturalmente, y Salmo 78:24 : “pan del cielo” (Salmo 105:40). Más bien, “espiritual,” en su significado típico, Cristo, quien es el verdadero pan del cielo (Juan 6:32). Esto no significa que los israelitas comprendieran claramente la significación del maná; pero los creyentes que había entre ellos entendieron que con este pan otra cosa más se daba a entender, y que su fe sincera y reverente, si bien indistinta, les era imputada para la justificación, de la que el maná era algo así como un sello sacramental. “No deben ser escuchados aquellos que pretenden que los padres antiguos no esperaban sino las promesas transitorias” (Artículo vii de la Iglesia Anglicana), como parece ser el significado de este texto (comp. Hebreos 4:2).

4. bebieron la misma bebida—(Éxodo 17:6.) En Números 20:8, se menciona que las “bestias” también bebieron. El agua literal tipificaba “la bebida espiritual,” y por tanto así se le llama. porque bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo—Mejor dicho: “la piedra espiritual “que los acompañaba.” Alford explica que aquí no se hace referencia a la roca literal, y que Pablo no confirma la tradición de los judíos (Rabino Salomón, con Números 20:2), de que la piedra misma, o al menos la corriente de agua que provenía de ella, seguía a los israelitas de lugar en lugar (véase Deuteronomio 9:21); sino a Cristo, “la piedra espiritual” (Salmo 78:20, Salmo 78:35; Deuteronomio 32:4, Deuteronomio 32:15, Deuteronomio 32:18, Deuteronomio 32:30, Deuteronomio 32:37; Isaías 28:16; 1 Pedro 2:6), que los acompañaba (Éxodo 33:15). “Seguía” sugiere que les atendía, ministrando a sus necesidades; así que, aunque mayormente iba delante de ellos, cuando la ocasión lo requiriese, los seguía “a sus espaldas” (Éxodo 14:19). El satisfacía la sed física de todos, sin excepción alguna, siempre que ellos lo necesitaban, como en las tres ocasiones expresamente asentadas (Éxodo 15:24; Éxodo 17:6; Números 20:8); y esta bebida material simbolizaba la bebida espiritual que provendría de la Piedra Espiritual (comp. Juan 4:13; véase nota v. 3).

5. Mas—Aunque tuvieron tantas señales de la presencia de Dios. de muchos de ellos—Más bien. “de la mayoría de ellos;” “de casi la totalidad de ellos,” exceptuando a Josué y a Caleb de la primera generación. no se agradó—El “no” en el griego es enfático, pues está al principio de la oración: “No (como se podría haber esperado naturalmente) de muchos de ellos se agradó.” Dios—cuyo criterio solo es válido. por lo cual—el evento demostró que ellos no habían agradado a Dios. fueron postradoslit., esparcidos a montones. en el desierto—Lejos de la tierra de la promesa. estas cosas fueron—En el griego: “acontecieron.” en figura de nosotros—Como ejemplos, para nosotros, de lo que nos tocará, si nosotros con todos nuestros privilegios nos descuidamos. para que no codiciemos … como ellos codiciaron—La codicia fué el origen de las cuatro ofensas enumeradas, y por lo tanto se pone en primer lugar (Santiago 1:14; véase Salmo 106:14). Un caso particular fué la codicia por causa de la carne, cuando lamentaron la falta del pescado, el ajo, etc., que habían dejado en Egipto (Números 11:4, Números 11:33). Estas se incluyen en las “cosas malas,” no porque lo fuesen en sí, sino porque se transformaron en malas cuando los israelitas codiciaron aquello que Dios les retenía, y estuvieron descontentos con lo que Dios proveía.

7. Ni seáis honradores de ídolos—“idólatras:” un caso relacionado con el asunto en cuestión. Como los israelitas se sentaron (un acto deliberado), comieron y bebieron en la fiesta idolátrica del becerro de oro, así los corintios estaban en peligro de practicar la idolatría cometiendo un acto similar, aunque no adorasen profesamente a un ídolo, como los israelitas (cap. 8:10, 11; 10:14, 20, 21; Éxodo 32:6). Aquí el apóstol cambia de la primera a la segunda persona, puesto que ellos solos (sin incluirse él) estaban en peligro de la idolatría. En el v. 6 reasume lógicamente el uso de la primera persona. como algunos de ellos—La multitud sigue la iniciativa de los malos. Se levantaron a jugar—Al son de la danza, el canto, y el tamborileo lascivos alrededor del becerro (comp. “se holgaron”, Hechos 7:41).

8. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron—La fornicación, generalmente, como en este caso (Números 25), se asociaba en las fiestas idolátricas con la fornicación espiritual, esto es, la idolatría. Todo esto se aplicaba a los corintios (cap. 5:1, 9; 6:9, 15, 18; 8:10). Balaam tentó a Israel a cometer ambos pecados con Madián (Apocalipsis 1:14). Comp. cap. 8:7, 9, “ocasión de caer,” “comer cosas ofrecidas a ídolos.” y cayeron en un día veinte y tres mil—En Números 25:9 se dice que murieron “veinte y cuatro mil.” Si esto fuese una discrepancia verdadera, militaría en contra de la inspiración del asunto y el pensamiento en cuestión, más bien. que en contra de la inspiración verbal del mismo. La solución es ésta: Moisés, en el Libro de Los Números, incluye a todos las que murieron “en la plaga”; Pablo incluye a todos los que murieron “en un día.” Otro mil pudo haber muerto el siguiente día. [Kitto, Cyclopoedia Bíblica.] O bien, el número verdadero pudo haber sido entre 23,000 y 24,000, o sea, 23,500 ó 23:600. Cuando se escribe en términos generales, y cuando no es necesario dar las cifras precisas, un escritor puede con toda veracidad dar uno de los dos números redondos. y otro escritor otro. [Bengel.] Sea cual fuere la manera correcta de reconciliar los dos dichos que aparentemente están en discrepancia. al menos las explicaciones arriba dadas demuestran que no son irreconciliables.

9. Ni tentemos a Cristo—Así aparece en las versiones más antiguas, Ireneo (264), y manuscritos buenos. En algunos de los manuscritos más antiguos aparece: “al Señor;” y en un manuscrito solo: “a Dios.” Donde dice “Señor” quiere decir “Cristo.” “Cristo” era considerado como uno de los cinco privilegios de Israel (v. 4), así que es natural que él fuera mencionado aquí en conexión con uno de los cinco pecados de aquel pueblo. Números 21:5 dice: “habló el pueblo contra Dios” (de donde nació probablemente la alteración de este pasaje, en uno de los manuscritos, en el que se dice “Dios”, para que armonizara con Números 21:5). Como cualquier interpretación, “Cristo” o “Señor,” es auténtica, “Cristo” debe ser “Dios.” Véase “¿Por qué tentáis al Señor?” (Éxodo 17:2, Éxodo 17:7). Compárese Romanos 14:11, con Isaías 45:22. Las quejas malévolas de Israel fueron pronunciadas especialmente para “tentar a Cristo,” el “Angel del pacto” (Éxodo 23:20; Éxodo 32:34; Isaías 63:9). Aunque bebieron de “aquella Piedra … Cristo” (v. 4), con todo se quejaron de la falta de agua (Éxodo 17:2, Éxodo 17:7). Aunque también comieron de la misma vianda espiritual (Cristo, “el maná verdadero,” “el pan de vida”), con todo murmuraron: “Nuestra alma aborrece este pan liviano.” Y aunque fueron castigados por las serpientes de fuego, fueron salvados por la serpiente de bronce, el emblema de Cristo (comp. Juan 8:56; Hebreos 11:26). El término griego que se traduce aquí por “tentar”, también significa probar, al grado de cansar o consumir la longanimidad de Cristo (comp. Salmo 95:8; Números 14:22). Los corintios estaban en peligro de provocar la longanimidad de Dios caminando al borde de la idolatría, por tener una presuntuosa confianza en su conocimiento.

10. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron—cuando murieron Coré y sus acompañantes, quienes a su vez habían sido murmuradores (Números 16:41, Números 16:49). Las murmuraciones de ellos contra Moisés y Aarón habían sido virtualmente murmuraciones dirigidas contra Dios (comp. Éxodo 16:8, Éxodo 16:10). Pablo con esto vislumbra las murmuraciones corintias contra él mismo, com. apóstol de Cristo. y perecieron—14,700. por el destructor—El mismo ángel destructor enviado por Dios como en Éxodo 12:23 y 2 Samuel 24:16.

11. estas cosas les acontecieron en figura—Reasumiendo el hilo del v. 6. Los manuscritos más antiguos leen: “a guisa de ejemplo.” son escritas para nuestra admonición, en quienes los fines de los siglos … etc.—La dispensación del Nuevo Testamento en sus fases sucesivas (“siglos”), es la consumación de todas las “edades” anteriores. Ninguna dispensación nueva aparecerá hasta que Cristo vuelva como Juez y Vengador; hasta entonces “los fines de los siglos”, que son muchos, incluyen varios períodos sucesivos (comp. Hebreos 9:26). Como nosotros vivimos en la última dispensación, que es la consumación de todas las que fueron antes, nuestras responsabilidades son tanto mayores; y será aún mayor la culpabilidad—insinúa Pablo—de los corintios, si no son dignos de gozar de sus privilegios.

12. el que piensa estar firme—Es decir, el que está de pie y sabe que está de pie [Bengel]; esto es, el que se mantiene “por la fe” “agradable” a Dios: en contraste con el v. 5: “de muchos de ellos” no se agradó Dios” (Romanos 11:20). mire no caiga—de su posición en la iglesia de Dios (comp. v. 8: “cayeron”), tanto temporal como espiritualmente (Romanos 14:4). Nuestra seguridad, en lo que toca a Dios, consiste en la fe; en lo que toca a nosotros, consiste en el temor para no caer.

13. No os ha tomado tentación sino humana—Es un consuelo para ellos, frente a la tentación, el saber que ésta es “humana”; es decir “común al hombre,” “tal que el hombre puede aguantar,” “adaptada a su capacidad para soportar.” [Wahl.] mas fiel es Dios—(Salmo 125:3; Isaías 27:3, Isaías 27:8; Apocalipsis 3:10.) “Dios es fiel” al pacto que ha hecho con vosotros al llamaros (1 Tesalonicenses 5:24). El ser guiado a la tentación es distinto de precipitarse en la tentación, lo que equivaldría a “tentar a Dios” (v. 9; Mateo 4:7). dará … con la tentación la salida—(Jeremias 29:11; 2 Pedro 2:9.) En griego, la palabra, que aquí se traduce “salida” significa el medio de escape apropiado a cada tentación particular; no una salida inmediata, sino en el tiempo oportuno, después que la paciencia ha hecho su obra perfecta (Santiago 1:2, Santiago 1:12). El proporcionará el medio de escape simultáneamente con la tentación que en su providencia, permisivamente, ha preparado para su pueblo. para que podáis aguantar—o soportarla: no que la haya de quitar (2 Corintios 12:7).

14. Reasumiendo el argumento, v. 7; cap. 8:9, 10. huid de la idolatría—No practiqueis actos dudosos, tales como el comer lo ofrecido a ídolos basándose en la libertad cristiana. La única política segura es la de evitar del todo lo que se parezca a la idolatría (2 Corintios 6:16). El Espíritu Santo también, haciendo uso de su presciencia, advierte a la iglesia en contra de la idolatría subsecuentemente transferida de la fiesta idolátrica a la cena del Señor misma, en la invención de la transubstanciación.

15. juzgad vosotros lo que digo—Apela al propio criterio de ellos para comprender la fuerza del argumento que sigue: a saber, que como participar de la cena del Señor implicaba el participar del Señor mismo, y como la participación de las carnes del sacrificio judaico envolvía la participación del altar de Dios, así por cuanto los paganos sacrificaban a demonios, la participación de la fiesta idolátrica era lo mismo que tener participación con los demonios. No podemos despojarnos de nuestra responsabilidad de “juzgar” por nosotros mismos. La debilidad del juicio privado no es un argumento en contra de su uso, sino de su abuso. Debiéramos tomar empeño en escudriñar la infalible Palabra, con la ayuda de todo lo que esté a nuestro alcance, y sobre todo rogando con humildad por la dirección del Espíritu (Hechos 17:11). Si San Pablo, apóstol inspirado, no sólo permite antes urge a los hombres a juzgar los dichos de él a la luz de la Escritura, tanto más debieran hacerlo los ministros de la presente iglesia visible. La frase “Como sabios hablo” es una referencia medio irónica a la jactancia de los sabios que había entre los corintios (cap. 4:40; 2 Corintios 11:19). Aquí tenéis una oportunidad para ejercitar vuestra “sabiduria” al juzgar “lo que os digo.”

16. La copa de bendición—Correspondiente a la “copa de bendición” judaica, sobre la cual se ofrecía una acción de gracias durante la Pascua. A esta costumbre se debió que Cristo instituyese esta parte de la cena del Señor (Mateo 26:27; Lucas 22:17, Lucas 22:20). que bendecimos—Nosotros, no meramente los ministros, sino también la congregación. El ministro “bendice” (consagra con bendición) la copa, pero no por alguna autoridad sacerdotal que se le haya transmitido, sino como representante de la congregación, la que por medio de él virtualmente bendice la copa. El acto de bendición conjunta efectuado por él y por ellos (no de “la copa”, que como “el pan” en el griego está en el acusativo), y el acto seguido de beberla en conjunto, constituye la comunión, es decir la participación conjunta “de la sangre de Cristo.” Comp. v. 18: “los que comen … son participes” (comulgadores juntos). ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? etc.—El verbo “es” aquí, en ambos casos es literal, no significa “representa.” El que con fe participa de la copa y del pan, participa real pero espiritualmente de la sangre y el cuerpo de Cristo (Efesios 5:30, Efesios 5:32), y de los beneficios de su sacrificio en la cruz (v. 18). La comunión con Cristo se pone en contraste con la participación con los demonios (v. 20). Alford explica: “La copa es la [co] participación (esto es, es el medio por el cual se efectúa el acto de participación de la sangre …” Es el sello de nuestra vivificante unión con Cristo como nuestro Salvador. (Juan 6:53). No se dice, “La copa … es la sangre,” ni “el pan es el cuerpo”, sino que la copa, “es la comunión (la coparticipación) de la sangre” y el pan “es la comunión del cuerpo.” Si el pan es cambiado en el cuerpo literal de Cristo, ¿dónde está la prueba de que es un sacramento? Los romanistas comen a Cristo “en conmemoración de él mismo.” Beber sangre literal hubiera sido una abominación a los judíos, y los primeros cristianos fueron judíos (Levítico 17:11). El partimiento del pan formaba parte del acto de consagrarlo, porque así se representaba la crucifixión del cuerpo de Cristo (cap. 11:24). La especificación distinta del pan y del vino refuta la doctrina romanista de la concomitancia, y la exclusión de los laicos en la participación de la copa.

17. Porque un pan—Un solo pan entero parece que se usaba en cada celebración. somos un cuerpo—Nosotros, los muchos (es decir, los creyentes congregados), somos un pan (con participar del mismo pan que se asimila para la manutención de nuestros cuerpos, venimos a ser), un cuerpo” (con Cristo, y así los unos con los otros).

18. Mirad a Israel según la carne—El Israel literal, distinto del espiritual (Romanos 2:29; Romanos 4:1; Romanos 9:3; Gálatas 4:29). ¿no son partícipes con el altar?—Y así con Dios, cuyo es el altar; tienen comunión con Dios y en su culto, del cual el altar es símbolo.

19. ¿Qué pues digo? ¿Qué el ídolo es algo?—De las analogías de la cena del Señor y de los sacrificios judaicos se podría sacar la inferencia de que un ídolo es en realidad lo que los paganos creían que era: un dios, y que al comer lo sacrificado a ídolos, tenían comunión con dicho dios. Pero este versículo se cuida de tal inferencia: “¿Qué quiero decir, pues? ¿que lo sacrificado a ídolos es una cosa real (en el sentido en que lo tenían los paganos), o que un ídolo es una cosa real?”

20. lo que los Gentiles sacrifican … a los demonios lo sacrifican—Aquí introduce San Pablo una nueva aseveración: Es verdad que, como dije, el ídolo no es real en el sentido como lo reconocen los paganos, pero tiene realidad en otro sentido; estando el paganismo bajo el dominio de Satanás como “príncipe de este mundo,” él y sus demonios son en verdad los poderes que adoran los paganos. estén o no conscientes de ello (Deuteronomio 32:17; Levítico 17:7; 2 Crónicas 11:15; Salmo 106:37; Apocalipsis 9:20). “Diablo”, en el griego, se usa para designar sólo a Satanás; “demonios,” es el término que se aplica a los espíritus malos inferiores. El temor, antes que el amor es lo que origina el culto pagano (véase el vocablo “pánico,” que es un derivado de Pan, un dios mitológico cuya supuesta forma humana con cuernos y pesuñas dió origen a las representaciones vulgares de Satanás); así como el temor es el espíritu que poseen Satanás y sus demonios (Santiago 2:19). no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios—al participar en las fiestas idolátricas (cap. 8:10).

21. No podéis beber la copa del Señor—real y espiritualmente, aunque podéis hacerlo externamente (1 Reyes 18:21). y la copa de los demonios—en contraste con la copa del Señor. En las fiestas idolátricas las libaciones se hacían de la copa que se daba al ídolo primero, y luego bebían los huéspedes, de modo que al beber tenían comunión con el ídolo. no podéis ser partícipes de la mesa del Señor—La cena del Señor es una fiesta que se celebra a la mesa, no un sacrificio en un altar. Nuestro único altar es la cruz del Calvario; nuestro único sacrificio es el de Cristo hecho una vez y para siempre. La cena del Señor, sin embargo, tiene íntima relación, analógicamente con el sacrificio de Cristo, así como las fiestas sacrificiales de los judíos que tenían relación con sus sacrificios (comp. Malaquías 1:7 “altar … mesa de Jehová”), y las fiestas idolátricas con sus sacrificios idolátricos (Isaías 65:11). Los sacrificios paganos se ofrecían a nonadas idolátricas, tras de las cuales Satanás acechaba. El sacrificio judaico no era sino una sombra de lo que iba a acontecer. Sólo el sacrificio de Cristo es la única realidad substancial. Por lo tanto, mientras que el que participaba de la fiesta sacrificial participaba también “del altar” (v. 18) (más bien que de Dios plenamente manifestado), y el festejador pagano tenía verdadera comunión con los demonios; quien participa de la cena del Señor tiene en ella verdadera comunión o participación del cuerpo de Cristo, quien fué una vez sacrificado, pero que ahora ha sido exaltado como Cabeza de la humanidad redimida.

22. ¿O provocaremos a celo al Señor?—dividiendo nuestra comunión entre él y los ídolos (Ezequiel 20:39). ¿Es nuestro deseo provocarle a hacer uso de su poder? Deuteronomio 32:21 está en la mente del apóstol [Alford] (Éxodo 20:5). ¿Somos más fuertes que él?—para poder arriesgarnos a entablar una contienda con él.

23. Todo me es lícito—Volviendo a la demanda de los corintios (cap. 6:12), Pablo menciona otra vez su idoneidad. Los manuscritos más antiguos omiten en ambos casos el “me”. mas no todo edifica—No todo tiende a edificar el templo espiritual, la iglesia, en fe y en amor. San Pablo no apela a la decisión apostólica (Hechos 15), la que no parece haber sido tomada muy en cuenta fuera de Palestina, sino más bien al amplio principio de la libertad cristiana verdadera, la que no nos deja guiarnos por las cosas externas, las cuales aunque podemos usarlas, no debemos aprovecharlas (cap. 6:12). El uso o el desuso de ellas puede decidirse al tomar en cuenta. la edificación.

24. (v. 33; cap. 13:5; Romanos 15:1).

25. De todo … comed … sin preguntar nada por causa de la conciencia—Si con preguntar te dieras cuenta de que fué ofrecida a ídolo, nacería en tu conciencia un escrúpulo innecesario, que de otro modo no lo hubieras tenido.

26. del Señor es la tierra—La base que justifica el comer sin hacer preguntas es que la tierra con todo su contenido (“lo que la hinche”, Salmo 20:1; Salmo 50:12), inclusive las viandas, pertenece al Señor, y están señaladas para nuestro provecho; y cuando la conciencia no sugiere escrúpulo, puede comerse de todo (Romanos 14:14, Romanos 14:20; 1 Timoteo 4:4; comp. Hechos 10:15).

27. si algún infiel os llama, y … queréis ir—indicando tácitamente que harían bien en no ir, pero no prohibiendo que fuesen (v. 9). [Grocio.] No se trata de una fiesta idolátrica, sino de un evento social común, en la que, con todo, podría haber viandas consagradas a ídolo. comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia—Véase Nota v. 25.

28. Mas si alguien os dijere—Algún cristiano flaco, compañero de mesa, que quiere advertir a su hermano. Esto fué sacrificado a los ídolos—Los manuscritos más antiguos omiten “a los ídolos.” La expresión que al ser pronunciada a oídos de los idólatras, sería ofensiva y naturalmente sería evitada. no lo comáis,… por causa de la conciencia—Para no ser ocasión de tropiezo a la conciencia de tu hermano débil (cap. 8:1-12). porque del Señor es la tierra y lo que la hinche—Esto no se halla en los manuscritos más antiguos.

29. La conciencia … del otro—del hermano flaco aludido en el v. 28. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?—San Pablo emplea la primera persona para enseñar a los convertidos colocándose en el lugar de ellos. Los términos “otro” y “otra” en el griego son distintos. “El otro” se refiere a alguien por el cual San Pablo y los creyentes corintios se preocupan; la “otra conciencia” se trata de una persona ajena a su cuidado. Si un comensal sabe que la vianda fué ofrecida a ídolo, mientras que yo no lo sé, tengo la “libertad” de comer sin ser condenado por la “conciencia” de él. [Grocio.] Así que, el “pues …” es un argumento en favor del v. 27: “Comed sin preguntar …” O bien: “¿Por qué he de dar ocasión, al hacer un uso ligero de mi libertad, a que otro la condene [Estio], o a que mi libertad sea la causa de la perdición de mi hermano débil?” [Menoquio.] O estas palabras pueden ser las del objetante corintio (usadas acaso en la carta y así citadas por Pablo): “¿Por qué es juzgada mi libertad por la conciencia ajena?” Es decir, ¿Por qué no he de ser juzgado por mi propia conciencia, para tener la libertad de obrar según los dictados de ella? A lo que San Pablo responde en el v. 31: Vuestros actos debieran ser limitados siempre tomando en consideración lo que tiende “a la gloria de Dios,” [Vatablo, Conybeare y Howson.] La primera explicación es la más sencilla: el “pues …” se refiere a “la otra conciencia” “no a la tuya” (esto es, “no a la mía”, al cambiar el apóstol a la primera persona); he de abstenerme sólo en el caso de que haya la probabilidad de ofender la conciencia de otro; en los casos en que la mía no tiene escrúpulos, no estoy obligado, en el juicio de Dios, por otra conciencia que no sea la mía.

30. Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado?—¿Por qué habla mal de mí aquel que no aprovecha su libertad, antes nada quiere comer sin preguntar escrupulosamente de dónde vino la carne? por lo que doy gracias?—Acto que santifica todas las acciones del cristiano (Romanos 14:6; 1 Timoteo 4:3);

31. Si pues coméis, o bebéis—Comp. con Malaquías 7:6, donde se presenta un cuadro de mundanos. El piadoso puede “comer y beber;” y le ha de ir bien (Jeremias 22:15). hacedlo todo a gloria de Dios—(Colosenses 3:17; 1 Pedro 4:11)—Lo que implica nuestra consideracion en cuanto a la edificación de nuestro hermano en la fe.

32. Sed sin ofensa—en cosas indiferentes (cap. 8:13; Romanos 14:13; 2 Corintios 6:3); porque en todo lo esencial que afecte a la doctrina y práctica cristianas, hasta en el detalle más mínimo, no debemos desviarnos de los principios, sea cual fuere la ofensa resultante (cap. 1:23). No es necesario ser ofensivos, si nuestro espíritu lo motiva; pero es necesario cuando la verdad nos obliga a serlo.

33. Como también yo … complazco a todos—Trato de agradar (cap. 9:19, 22; Romanos 15:2). no procurando mi propio beneficio—(v. 24). sino el de muchos—más bien, como el griego: “el de los muchos.”

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