ese incienso que se quemó en las ciudades de Judá, y en las calles de Jerusalén ,. A los falsos dioses, a la reina del cielo, al acogedor de los mismos:

ye, y sus padres, sus reyes y sus príncipes, y la gente de la tierra ; en cuál representan la cuenta, la antigüedad, la autoridad y el consentimiento general de las personas, como de su lado, que el profeta permite; Pero todo significó nada:

¿No los recordaron el Señor, y lo vino [no] en su mente ? ¿O bien, el incienso que ofrecieron a los dioses extraños, o las personas que lo hicieron? ¿No se notó estas prácticas idolátricas, y de estos idólatros? Él hizo; Él presentó estas cosas en su mente; Mostró un resentimiento adecuado de ellos, y en su debido tiempo los castigó.

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