Ahora (1) con respecto a los [dones] espirituales, hermanos, no quiero que (a) sean ignorantes.

(1) Ahora entra en la tercera parte de este tratado que toca el uso correcto de los dones espirituales, en la que les da a los corintios entender claramente que abusaron de ellos. Porque los que sobresalieron se jactaron ambiciosamente de ellos, y así robaron a Dios la alabanza de sus dones; y sin tener consideración por sus hermanos, abusaron de ellos hasta una vana exhibición, y de esta manera robaron a la iglesia el uso de esos dones.

Por otro lado, la clase inferior envidiaba a la mejor y se dispuso a partir, de modo que todo el cuerpo quedó como desparramado y desgarrado. Entonces, al poner remedio a estos abusos, él quiere que primero consideren diligentemente que no tienen estos dones de sí mismos, sino de la gracia gratuita y la generosidad de Dios, a cuya gloria deben otorgarlos todos.

(a) Ignorante de la finalidad con la que se le otorgan estos obsequios.

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