(10) No escribo estas cosas para avergonzarlos, pero como mis amados hijos, les advierto [a ustedes].

(10) Moderando la dureza de su burla, les recuerda que recuerden de quién fueron engendrados en Cristo, y que no duden en seguirlo como ejemplo. Aunque parece vil según la apariencia exterior con respecto a los demás, sin embargo, es poderoso por la eficacia del Espíritu de Dios, como se ha demostrado entre ellos.

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