Y sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos; te ruego que nos vistamos de cilicio, y sogas en la cabeza, y ve al rey de Israel: tal vez él te salve la vida.

(n) En señal de sumisión y de que hemos merecido la muerte, si nos castiga con rigor.

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