Y sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos; te ruego que nos pongamos cilicio en los lomos y cuerdas en la cabeza, y salgamos a el rey de Israel: acaso te salvará la vida.

Ver. 31. Hemos oído que los reyes, etc. ] Misericordioso con los que han vencido en la batalla. Julio César había recibido ese nombre; una y nuestra reina Elizabeth, que por su misericordiosa de volver a casa algunos italianos tomadas aquí en la invasión de 1588, que se denominó Santa Isabel por algunos en Venecia.

Déjanos, te ruego, ponernos cilicio sobre nuestros lomos. ] Dirijámonos al rey Acab, Lugubri sontium habitu misericordiam implorantium, de la manera más sumisa, suplicando piedad. Así, los británicos, en la época de Valentiniano III, oprimidos por sus enemigos del norte, enviaron a sus embajadores con vestidos rasgados, con arena en la cabeza, a Aecio, el prefecto romano de la Galia; quien entonces se sintió impulsado a enviarles ayuda.

b De modo que los habitantes de Cremona, en Italia, buscaron el perdón de su rebelión, con cabestros al cuello, a manos de Enrique VII, emperador de Alemania, y se marcharon por una gran suma de dinero, c Entonces cuando nuestro rey Eduardo III sitiaron Calais, los ciudadanos deseaban parlamentar, y tenían esta sentencia final, que seis de los jefes de ellos debían ser enviados al rey con la cabeza descubierta, los pies descalzos, en sus camisas, con cabestros al cuello, las llaves de la ciudad y el castillo. en sus manos, y se someten a la voluntad del rey. d Así, en los días del rey Enrique VI, la multitud que había seguido a Cade el rebelde, vino desnuda con sus camisas al rey en Blackheath, rezando humildemente la misericordia, que obtuvieron. mi

a Cic. pro Ligar y pro M. Marcel.

b Daniel's Chro.

c Paraei Medul.

d Dan, 240.

e Velocidad.

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