Y sus siervos le dijeron: He aquí, ahora hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos, a diferencia de los tiranos asesinos de las naciones; Permítenos, te ruego, ponernos cilicio sobre nuestros lomos, como señal de profundo dolor, y cuerdas sobre nuestras cabezas, como señal de completa sujeción, y salir al rey de Israel, poniéndonos absolutamente en su poder; tal vez te salve la vida.

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