Y Acab habló a Nabot, diciendo: (a) Dame tu viña, para que la tenga por huerto de hierbas, porque está cerca de mi casa; y te daré por ella una viña mejor que ella; [o], si te parece bien, te daré el valor en dinero.

(a) Aunque la tiranía de Acab es condenada por el Espíritu Santo, no fue tan riguroso como para quitarle a otro hombre su derecho sin una recompensa completa.

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