(8) Porque es (d) santificado por (e) la palabra de Dios y la oración.

(8) Él usa apropiadamente los beneficios de Dios quien reconoce al dador de ellos por su palabra, y lo invoca.

(d) Es así purificado y santo respecto a nosotros, para que podamos usarlo con buena conciencia, como lo recibimos de las manos del Señor.

(e) Confesamos y reconocemos que Dios es el hacedor y dador de esas criaturas que usamos. En segundo lugar, que somos del número de aquellos que, a través del beneficio de Cristo, han recuperado ese derecho sobre todas las criaturas, que Adán perdió con su caída. En tercer lugar, con nuestras oraciones anhelamos al Señor que podamos usar esas carnes con buena conciencia, que recibimos de sus manos. En cuarto lugar, ponemos fin a nuestra comida y bebida, con acción de gracias y oración: y así son nuestras carnes santificadas para nosotros.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad