(11) [Viendo] entonces [que] todas estas cosas serán disueltas, ¿qué clase [de personas] debéis ser en [toda] santa conducta y piedad,

(11) Una exhortación a la pureza de vida, poniendo ante nosotros ese horrible juicio de Dios, tanto para refrenar nuestro desenfreno como también para consolarnos, de modo que seamos hallados velando y listos para encontrarnos con él en su venida.

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