Y sucedió que mientras adoraba en la casa de Nisroc su dios, Adrammelec y Sarezer sus hijos (y) lo hirieron a espada, y escaparon a la tierra de Armenia. Y reinó en su lugar su hijo Esarhaddon.

(y) Este fue el juicio justo de Dios por su blasfemia, que sería asesinado ante el ídolo que prefería al Dios vivo, y por aquellos que por naturaleza deberían haber necesitado su defensa.

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