Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestidos; y pasó junto al muro, y la gente miró, y he aquí, [tenía] cilicio dentro (p) sobre su carne.

(p) Así, los hipócritas, cuando sienten los juicios de Dios, piensan en agradarle con ceremonias externas a quien en la prosperidad no conocerán.

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