Y sepultaron los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán en la tierra de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Cis; y cumplieron todo lo que el rey había mandado. Y después de eso, Dios fue (k) rogado por la tierra.

(k) Porque donde el gobierno permite que las faltas queden impunes, la plaga de Dios yace sobre la tierra.

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