Y el rey y sus hombres fueron a Jerusalén a los jebuseos, habitantes de la tierra, los cuales hablaron a David, diciendo: Si no quitas al ciego y al cojo, no entrarás acá; pensando que David no puede ven acá.

(c) Los hijos de Dios llamaron a los ídolos guías ciegos y cojos; por eso los jebuseos querían probar que sus dioses no eran ni ciegos ni cojos.

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