Y se promulgó el decreto de que se matara a los sabios; y (i) buscaron a Daniel ya sus compañeros para matarlos.

(i) Que declara que Dios no quería que su siervo se uniera a la compañía de estos hechiceros y astrólogos, cuyas artes eran perversas, y por lo tanto justamente debían morir, aunque el rey lo hiciera con rabia y no por celo.

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