Y sucedió que cuando le hablaban todos los días, y él no los escuchó, se lo dijeron a Amán para ver si los asuntos de Mardoqueo subsistían; porque él les había dicho que era judío.

(b) Así vemos que no hay nadie tan malvado que no tenga a sus aduladores para acusar a los piadosos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad