Por tanto, los judíos procuraron con más fuerza matarlo, porque no solo había quebrantado el día de reposo, sino que también decía que Dios era (c) su Padre, haciéndose igual a Dios.

(c) Es decir, solo de él y de nadie más, lo que se desprende de su dicho: "Y yo trabajo", aplicando esta palabra "trabajo" a sí mismo, que pertenece propiamente a Dios y, por tanto, se hace igual a Dios.

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