Y cuando el hombre se levantó para irse, él y su concubina, y su criado, su suegro, el padre de la doncella, le dijeron: He aquí, ahora que el día se acerca al atardecer, te ruego que te quedes toda la noche; he aquí, el día llega a su fin, posa aquí, para que tu corazón se alegre; y mañana te pondrás en camino temprano, para que puedas (c) volver a casa.

(c) Es decir, al pueblo o ciudad donde vivía.

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