Dios mío y mi fortaleza; mi torre alta y mi libertador; mi escudo, y en quien confío; quien (b) somete a mi pueblo debajo de mí.

(b) Confiesa que ni por su propia autoridad, poder o política fue su reino tranquilo, sino por la gracia secreta de Dios.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad