Alabad al SEÑOR. Alabad a Dios en su (a) santuario: alabadlo en el (b) firmamento de su poder.

(a) Es decir, en el cielo.

(b) Porque su maravilloso poder aparece en el firmamento, que en hebreo se llama extenderse o extenderse, en el cual resplandece la poderosa obra de Dios.

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