Porque él ve [que] los sabios (f) mueren, así como el necio y el brutal perecen, y dejan sus riquezas a (g) otros.

(f) En que esa muerte no hace diferencia entre las personas.

(g) Es decir, no a sus hijos, sino a extraños. Sin embargo, los malvados no se benefician de estos ejemplos, sino que aún sueñan con la inmortalidad en la tierra.

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