1 Crónicas 12:40

REFLEXIONES

MIENTRAS contemplamos a David así rodeado de sus dignos, dejemos que nuestros pensamientos vuelen y vuelen hacia la contemplación del Señor de David, ahora asistido con sus redimidos alrededor del trono que está arriba. Sí: ¡Santo y exaltado Salvador! podemos, con el ojo de la fe, mirar dentro del velo y verte rodeado de toda la raza escogida de dignos que te han seguido y han sido de tu ejército desde todas las épocas. La gloriosa compañía de los Apóstoles, el buen compañerismo de los profetas, el noble ejército de mártires, todos, todos, te alaban. ¡Y digno eres de ser alabado, Santo de Israel!

¡Y pensad, redimidos en la tierra, que el Señor! ha reunido de entre los hombres y ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y el Padre; pensad en qué alto honor sois llamados, en el hecho de que sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo peculiar. ¡Oh! Cantad las alabanzas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa: los que antes estaban lejos, pero ahora han sido acercados por su sangre; los que antes no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios: no obtuvieron misericordia, pero ahora han obtenido misericordia.

Si los dignos de David están así registrados en las Crónicas, piense en el alto honor de los dignos de Jesús, dignos únicamente en su dignidad, al tener sus nombres escritos en el cielo. Si así se habla de los guerreros de David con tan honorable testimonio en el libro de Dios, recuerden su dignidad, soldados del santo ejército de Jesús, cuyos nombres están en el libro de la vida. Regocíjense en el Señor siempre, y nuevamente digo, regocíjense.

El Señor está cerca. Aún dentro de poco, Jesús aparecerá glorificado en sus santos y admirado por todos los que creen. Y entonces el Hijo de Dios será visto rodeado con toda su multitud, y ni uno, ni siquiera el más humilde y el más pequeño de sus redimidos, será hallado falto, Apresúrate, amada mía, y hasta que amanezca y las sombras huyan, sé como un corzo o un ciervo en los montes de Beter.