(15) Entonces Samuel se levantó y lo recogió de Gilgal a Guibeá de Benjamín. Y Saúl contó al pueblo que estaba con él, unos seiscientos hombres. (16) Y Saúl y Jonatán su hijo, y el pueblo que estaba con ellos, se quedaron en Guibeá de Benjamín; pero los filisteos acamparon en Micmas.

La partida de Samuel de Saúl fue un triste presagio de ruina. Sin embargo, leemos que Saúl no tiene escrúpulos. ¡Pobre de mí! cuando los hombres se endurecen por el engaño del pecado, ¡qué horribles ejemplos dan, de indiferencia ante los más duros juicios!

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