(3) Y Jonatán derrotó a la guarnición de los filisteos que estaba en Geba, y los filisteos se enteraron. Y Saúl tocó trompeta por toda la tierra, diciendo: Oigan los hebreos. (4) Y todo Israel oyó decir que Saúl había herido a una guarnición de los filisteos, y que también Israel estaba en abominación con los filisteos. Y se convocó al pueblo en pos de Saúl a Gilgal.

He aquí un acto de presunción en Saulo, desaconsejado por Dios y, como debería parecer, traicionero para los hombres. Los filisteos de toda la tierra pronto se enteraron de la traición cometida por los israelitas contra una de sus guarniciones, y como es común entre los hombres, toda la nación se indignó por ello. Que el lector no deje de rastrear la mano de Dios en él. Porque como no hay relación entre Saulo y el Señor por medio de la oración, no hay comunión por medio del consejo que lo dirija.

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