Nada puede ser más persuasivo que el discurso que Moisés hace de lo que había dicho antes, para prevalecer sobre Israel en el amor de DIOS. Es una exhortación muy acabada y verdaderamente patética. Observe, el hombre de DIOS hace que la totalidad y sustancia de nuestro deber para con DIOS, consistir en temer al SEÑOR, andar en sus caminos, amarlo, servirlo y guardar sus mandamientos. Pero, ¿quién es suficiente para estas cosas? ¡Pobre de mí! en nosotros mismos no tenemos el poder de nosotros mismos para ayudarnos a nosotros mismos, y toda nuestra suficiencia es de DIOS.

Pero, ¿no está diseñado el precepto para actuar como nuestro maestro de escuela para llevarnos a CRISTO? Aquí también, adorado Redentor, como en todos los demás casos, en este, tú eres nuestra fuerza y ​​nuestra suficiencia. Unidos a ti, en tu justicia somos aceptados; y en tu temor y amor viviremos, subiremos y bajaremos en tu nombre, y caminaremos humildemente con nuestro DIOS. Miqueas 6:8 .

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