Hago un llamado al lector de una manera muy particular al comienzo de este capítulo, para que recuerde el lema que tantas veces me he esforzado en recordar, que Moisés escribió sobre CRISTO; porque aquí evidentemente se predica a JESÚS; y si el ESPÍRITU SANTO se complacerá misericordiosamente en revelarlo a la vista del Lector, él podrá descubrir y descubrirá tanto del SEÑOR CRISTO en este capítulo, como le demostrará, que la ley es nuestro maestro de escuela para CRISTO.

Que el lector observe, en el relato de este año de liberación, que se llama la liberación del SEÑOR. ¿Y qué es la liberación de los pobres deudores insolventes a las leyes de DIOS, cuando por el pecado se vuelven totalmente incapaces de pagar lo que deben tanto a la ley como a la justicia de DIOS, y lo son a través de la misericordia infinita del pacto de amor de DIOS en JESÚS? , justificados de todas las cosas, y aunque esclavos pecadores, son puestos en feliz libertad en CRISTO JESÚS; ¿Qué es tal liberación y libertad, sino la liberación del SEÑOR, el año aceptable de salvación de DIOS? ¡Oh! ¡Tú querido y precioso Redentor! ¿Quién no te verá, o quién no te verá en tu carácter bondadoso, cuando declaraste que había llegado el año de tus redimidos, cuando viniste a poner en libertad a los heridos y a dejar ir libres a los oprimidos? Lucas 4:18.

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