Deuteronomio 27:1

CONTENIDO Como Moisés ya casi había concluido todo lo relacionado con los preceptos; En este capítulo, ordena a la gente que adopte un medio de mantener vivas en su memoria las grandes cosas de la ley de DIOS, escribiéndola en piedras. Y el capítulo concluye con el objetivo de impresionar aún más e... [ Seguir leyendo ]

Deuteronomio 27:1-4

Si el lector recuerda, se observaron métodos similares para perpetuar la ley de DIOS después de la entrega en el monte Sinaí. Éxodo 24:4 .... [ Seguir leyendo ]

Deuteronomio 27:5,6

Ruego al lector que no pase por alto la sencillez que se observa en la construcción de este altar: nada de arte o trabajo humano debía unirse a él, ni ninguna herramienta humana para contaminarlo. Y como CRISTO es nuestro altar, ¿no enseñaba esto claramente que su pureza sería mancillada si le llevá... [ Seguir leyendo ]

Deuteronomio 27:7

La fiesta de las ofrendas de paz traía consigo una muestra de la paz y la amistad entre DIOS y su pueblo. La fiesta de la Cena del Señor en la Iglesia del Evangelio es en la misma cantidad, porque es una fiesta sobre un sacrificio, en señal de que JESÚS ha hecho nuestra paz en la sangre de su cruz:... [ Seguir leyendo ]

Deuteronomio 27:11-13

El monte Ebal y el monte Gerizim estaban uno cerca del otro, con un valle entre ellos. Vale la pena comentar que en el estado evangélico, cuando JESÚS subió a la montaña, fue solo para bendecir a su pueblo. Las tribus se dividieron en seis para cada una, para bendecir al pueblo y pronunciar las mald... [ Seguir leyendo ]

Deuteronomio 27:15-26

No detengo al lector con observaciones acerca de las diversas maldiciones aquí pronunciadas, o entrando en los detalles de ellas. Basta señalar que expresan sus varias sentencias de condena a las diversas infracciones de la ley: y como la ley pronuncia una maldición sobre todo el que no persevera en... [ Seguir leyendo ]

Deuteronomio 27:26

REFLEXIONES Cuán dulces y reconfortantes son para mi alma las opiniones de JESÚS, como sumo sacerdote y altar, y como ofrenda de mi corazón, en el momento en que leo las acusaciones solemnes de la ley de DIOS y la terrible pena de la desobediencia. En verdad, mi alma no puede sino suscribir con ple... [ Seguir leyendo ]

Continúa después de la publicidad