No detengo al lector con observaciones acerca de las diversas maldiciones aquí pronunciadas, o entrando en los detalles de ellas. Basta señalar que expresan sus varias sentencias de condena a las diversas infracciones de la ley: y como la ley pronuncia una maldición sobre todo el que no persevera en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, que las cumpla. ; es evidente que así como todos los hombres han pecado y están destituidos de la gloria de Dios, así todos los hombres están bajo la sentencia de condenación.

¡Pero qué pensamiento tan precioso es para los verdaderos creyentes en CRISTO, que aunque estamos condenados en nosotros mismos a causa del pecado, somos liberados de la maldición en virtud de la justicia y obediencia de JESÚS! CRISTO nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición.

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