Moisés habla mucho de la tribu de Leví, pero es notable que, aunque él mismo era de esa tribu, nunca menciona su relación. Es precioso destacar la humildad de Moisés. Y aún más, cuando conectamos con ella la gracia del Señor en él, de quien se originó esa humildad. La oración de Moisés por la bendición de Leví en el sacerdocio es sorprendente. El Urim y el Tumim, significaban luces y perfecciones, cualidades eminentemente necesarias para unirse al sacerdocio.

Pero, ¿en qué parte de los hijos de Leví debemos buscarlos? Contigo solamente, bendito JESÚS, que eres en verdad el Santo, y el único Santo de JEHOVÁ: podemos encontrar estas cosas, y contigo, son para siempre. Las aguas de Meriba y Masá eran monumentos de la falibilidad del sacerdocio humano. Quizás el período al que se aludía, de la fidelidad de Levi, estaba relacionado. Éxodo 32:27 .

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