REFLEXIONES

MIRA, alma mía, en aquellos tiempos pobres y peligrosos de la iglesia, sin embargo, en medio de toda su pobreza, se levantó el altar y se colocaron los cimientos del templo. Pero tu Altar está establecido para siempre, y tu fundamento desde la eternidad puesto; incluso Jesús, que es la suma y sustancia de todo altar, sacrificio y sacerdocio, y de todo el templo, cimiento y piedra superior, dio a luz con gritos de gracia, gracia para él.

¡Sí! Tú, querido Redentor, en la naturaleza secreta y misteriosa de tu persona, trabajo y oficio, tu sangre y tu justicia, tu pueblo encuentra el Altar, en el que solo pueden ofrecerse todas las ofrendas. Sobre ti, y en ti, y por ti, todas las presentaciones de las personas y oraciones de tu pueblo son aceptadas. Y tú eres la base sobre la que se construye su vida, seguridad, felicidad y comodidad, tanto en el tiempo como en la eternidad.

Y, Señor, concédeme que en tu presencia y en tu obra terminada, pierda de vista todas las cosas externas; porque ni el esplendor del templo de Salomón, ni la falta de esplendor en el segundo templo, son algo, porque tú eres todo, y en todo.

Donde estás, bendito Jesús, en verdad das gloria al servicio, a la ofrenda, en la iglesia, en el corazón de todo tu pueblo; y sin ti, ¿qué es todo el adorno exterior o el desfile interior de la iglesia o la adoración? Mi alma, por tanto, llorará como esos hombres si no estás presente, y gritará de gozo cuando estés conmigo. En todas partes y en todas las cosas, sé tú mi porción; y entonces en todas las cosas mi felicidad será completa.

Tú eres mi morada, mi iglesia, mi templo, mi altar, mi sacrificio; porque ¿hasta qué punto estás lleno de todas las cosas para suplir toda necesidad espiritual? Y mientras mi alma se consuela dulcemente en ti y en ti; mientras que Cristo es mi hogar, mi casa, mi morada; su carne mi comida; su sangre mi bebida; su justicia mi cubierta; y todo lo que pertenece a Jesús mi tesoro; los ángeles serán mis espíritus ministradores; y Jehová, Padre, Hijo y Espíritu, mis compañeros aquí y por siempre.

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