(4) Y Ester respondió: Si le parece bien al rey, que vengan hoy el rey y Amán al banquete que le he preparado. (5) Entonces el rey dijo: Haz que Amán se apresure, para que haga como Ester ha dicho. Entonces el rey y Amán fueron al banquete que había preparado Ester.

Había mucha sabiduría y modestia en esta solicitud. Una oportunidad como la que brindaría un banquete favorecería más la petición que tenía que presentar que preferirla inmediatamente ahora. Cuando las almas altamente favorecidas tienen la presencia del SEÑOR JESÚS, y, como el amado apóstol Juan, yacen en el seno de CRISTO, sienten más confianza para contarle a JESÚS todos sus secretos.

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