(6) Y Ester dijo: El adversario y enemigo es este malvado Amán. Entonces Amán tuvo miedo ante el rey y la reina.

Cuán deliciosa fue esta audacia honesta. Los justos son valientes como un león. Piensa en los terrores de Amán: su propia conciencia lo acusaba: no necesitaba a nadie más. ¡Pobre de mí! ¡Qué día tan terrible será ese para el pecador, cuando comparezca ante el tribunal de Cristo! ¡Oh! por gracia ahora en el día de gracia para huir de la ira venidera!

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