¡Qué sorprendente representación de la Iglesia en todas las épocas! Como sucedió con Ezequiel en Babilonia; así es ahora en el Egipto del mundo actual. En nuestras congregaciones no sabemos quiénes son los que se sientan ante nosotros. Pero el Señor sabe quiénes son y todos los motivos de su venida. Y, ¡oh! Para que todos los seguidores hipócritas de la Iglesia de Dios escuchen lo que el Señor aquí dice, el Señor no será consultado por ellos, ¡sino que les dará sus propias tremendas respuestas!

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