Aquí hay cosas tristes que se deben hacer para humillar a Egipto, y que Dios ciertamente logrará. Pero lo que pido particularmente al lector que observe, porque de hecho es la causa general que el Señor asigna para sus juicios sobre esas diversas naciones, es castigar a Egipto por haber hecho el mal a su pueblo. Han sido, dice el Señor, una vara de caña para la casa de Israel. Espero que el Lector no necesite ninguna observación mía para mostrar la importancia de esta doctrina, ni su bondad. Aquí nuevamente, como antes, le ruego al lector que haga un cálculo correcto, si puede, de la grandeza de la misericordia.

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