El mismo Cristo es esta planta de renombre, que Jehová ha levantado para bendición de su Iglesia y de su pueblo. Y ¡oh! ¡Cuán verdaderamente reconocido, en su persona, oficio, carácter y relaciones! ¡Dios te salve, Señor glorioso! sé eternamente conocido, amado y adorado por todas las naciones de la tierra; y que tu salud salvadora sea para todo tu pueblo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad