Para que no haya un posible error cometido por la Iglesia, a partir de esta predicación del Profeta, al final de su sermón se le indica que deje caer la figura, tanto del pastor como de la oveja, y en términos sencillos para decir, que el Iglesia siempre se entiende por el rebaño; y el Señor Dios es el pastor de su pueblo.

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