Y él dijo: Oh SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, te ruego que me envíes hoy buena velocidad y muestres misericordia a mi señor Abraham.

Observa la piedad del sirviente. ¡Lector! establezca esto como una máxima segura: el alma que comienza en la oración, encontrará motivo para terminar en la alabanza.

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