REFLEXIONES

¿Quién puede recordar el estado desolado de la Iglesia, en las ruinas al regreso del pueblo del cautiverio babilónico, pero debe sentirse preocupado por la visitación triste y deplorable? ¿Y quién que contempla el atraso del pueblo para remover las ruinas y erigir un lugar de adoración al Señor, pero debe estar asombrado por una conducta tan reprobable? ¿Qué puede ser más terrible que ver la casa de Dios en ruinas y las casas de los hombres construidas con cedro y pintadas con bermellón? ¿En cuántos casos es así ahora ?, ¡lector! ¿Nunca has visto la casa de Dios desolada, y las casas de los sacerdotes como palacios? Yo tengo.

¡Precioso Señor Jesús! ¡Feliz sea para tu pueblo, que en ti, sean cuales sean los edificios exteriores, tengan en ti un verdadero templo! Tú eres el fundamento que Jehová puso en Sion; y todas las bendiciones del nuevo pacto reposen sobre ti. ¡Señor! Haz que mi alma sea fundada en este fundamento, para que pueda crecer para ti en todas las cosas, y ser hallado en ti y por ti, para morada de Dios por el Espíritu. Amén.

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