El profeta habla con confianza sobre el tema de los hombres de mentalidad mundana en sus búsquedas, porque el Señor lo dijo, y tan claro, como cuando un hombre susurra al oído de otro. Es un indicio general de que nada de eso prosperará. Sus casas quedarán deshabitadas y su producto nada; sí, en medida fallarán. Diez acres de viñedo, que; cuando sea fructífero, se podría suponer que produzca muchas tonterías de vino, dará sólo un baño, lo que rinde unos ocho galones; y en sus semillas un presagio, que es en cantidad un celemín, producirá un efa, que es la décima parte de un galón. Tales han sido siempre, y serán más o menos, las desilusiones de los carnales.

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