Tanto los profetas como los sacerdotes son engañados, y el Señor parece haber hecho de su siervo Jeremías un prodigio de verdad en medio de la falsedad. ¿No es tan frecuente ahora? ¿No son siempre los que hablan con dulzura, los que profetizan engaños? ¡Oh! para que el Señor Dios de los profetas sea el maestro de su pueblo.

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