Esta debe haber sido una entrevista muy interesante entre el rey y el Profeta; y es imposible preocuparse por ello y desear que Sedequías haya escuchado el consejo del Profeta. Y como parece, nada podría haber sido más improbable que el éxito que debería haber seguido a la medida, si el rey la hubiera adoptado. Pero la cosa era del Señor. ¡Lector! No dejéis de comentar de él lo verdaderamente terrible que debe ser ser entregado a una mente engañada.

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