(16) Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta cuatro generaciones. (17) Y murió Job, viejo y lleno de días.

Y así terminará la vida de todos: como Moisés, y todos los fieles que habían ido antes, habiendo servido en su día y en su generación, se durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción. ¡Precioso JESÚS! aquí, como en cualquier otro punto de vista de importancia real, nos vemos llevados a contemplarte, cuyos años no faltan, pero que eres sacerdote para siempre, y eres el mismo ayer, hoy y siempre.

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