(Los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa.) Entonces dijeron los hijos de Israel: Dinos, ¿cómo fue esta maldad?

Si Benjamín no se hubiera hundido enormemente en la maldad, qué excelente oportunidad se le ofreció aquí para enviar su súplica pidiendo perdón. ¡Pero Ay! El pecado endurece, y no ablanda, por comisiones repetidas.

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