REFLEXIONES

¡Mi alma! mientras encuentres causa continua para bendecir a DIOS, que no estás bajo el yugo de las ordenanzas carnales; buscad también la gracia, para ser limpiados de toda inmundicia de carne y espíritu, y para la perfecta santidad en el temor de DIOS. Y ¡oh! Tú, santo Salvador, ya que me has enseñado por las dulces enseñanzas de tu bendito ESPÍRITU, que nadie puede sacar cosa limpia de inmunda; que un sentido profundo del pecado, y aun de esos problemas involuntarios del mal, que fluyen de mí, no sé cómo, me hunda en el polvo de la humillación, clamando, inmundo, inmundo.

Que estas cosas se conviertan en los motivos más fuertes para traerte mi alma. Que todo tienda a hacerte querer en mi corazón. Y que DIOS el ESPÍRITU SANTO esté continuamente haciendo una aplicación renovada a mi alma contaminada de la sangre que limpia de todo pecado, para que cuando vengas por segunda vez, sin pecado para salvación, pueda ser hallado, sin mancha ni arruga ni nada por el estilo. cosa, santa y sin mancha delante de ti en el amor.

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