(35) Y ese mismo día, cuando llegó la tarde, les dijo: Pasemos al otro lado. (36) Después de despedir a la multitud, se lo llevaron mientras estaba en el barco, y también había otros barcos pequeños con él. (37) Y se levantó una gran tormenta de viento, y las olas golpearon contra el barco, y ahora estaba lleno. (38) Y él estaba en la parte trasera del barco, dormido sobre una almohada, y lo despiertan y le dicen: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? (39) Y él, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar: Paz, enmudece; y cesó el viento, y hubo una gran calma.

(40) Y les dijo: ¿Por qué estáis tan atemorizados? ¿cómo es que no tenéis fe? (41) Y temieron sobremanera, y se decían el uno al otro: ¿Qué hombre es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

Me refiero a Mateo 8:23 . para observaciones sobre esos versículos.

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