(4) Oye, Dios nuestro; porque somos despreciados; y vuelvan el oprobio de ellos sobre su propia cabeza, y los darán por presa en la tierra de cautiverio. (5) Y no cubras su iniquidad, y no sea borrado su pecado de delante de ti, porque ellos han te provocó a ira delante de los constructores.

Observe, en la conducta de Nehemías, dónde está el recurso del creyente en el tiempo de persecución: incluso en un trono de gracia. Aquí podemos albergar todas nuestras inquietudes. Y aquí estamos seguros de éxito; porque aquí hay Uno, a quien el Padre siempre escucha.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad