REFLEXIONES

Cuán bendita es cada porción de la palabra divina, cuando se lee con la mirada puesta en Cristo. Dondequiera que se vea, se conozca y se disfrute a Cristo; allí la palabra se vuelve vida y espíritu para el corazón. Encontré tus palabras y las comí (dice uno de los profetas) y tu palabra fue para mí el gozo y el regocijo de mi corazón. Y lo que hizo que la palabra de Dios fuera tan dulce fue que Cristo la llenó por completo. Estos eran los verdes pastos en los que Dios hizo que su siervo se recostara, cuando lo alimentaba junto a las tranquilas aguas.

Cuando se ve a Cristo en ellos, y el Espíritu Santo da el alma para gustar a Cristo en ellos; luego, como dijo la iglesia, así toda la gente encuentra; es una bendición sentarse bajo su sombra con gran deleite, y su fruto es dulce al paladar. ¡Lector! ¿te parece que es así? ¿Has encontrado a Cristo en este capítulo? Confía en ella, la gracia de Dios, y la palabra de Dios, que trae salvación, la trae de esta fuente: y luego fluye sobre el alma, en corrientes ricas, plenas, libres y benditas de Cristo como la salvación de Dios. Dios por los pobres pecadores.

¡Oh! para que la gracia encuentre así, disfrute, disfrute y viva del precioso regalo de Jehová a los hombres. En este camino de Jesús y su justicia está la vida, y en el mismo camino de la misma, tanto las ordenanzas de gracia privadas como las públicas, no hay muerte.

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