REELECCIONES.

Cuán delicioso es ver la hermosa semejanza que adopta el sabio en este libro de Proverbios, a modo de recomendar atención a este gran tema de adquirir Sabiduría y entendimiento. Al contemplar a Cristo como la perla de gran precio, todos los que se dedican a la búsqueda de él pueden compararse justamente con el sabio comerciante. El tesoro está escondido en el campo de las Escrituras y debe buscarse, si se obtiene, con la debida diligencia y sinceridad de investigación.

Y aunque es sin dinero y sin precio, se da gratuitamente y se disfruta con la misma libertad; sin embargo, al igual que el comerciante, debe haber una búsqueda temprana, una investigación diaria y una búsqueda constante. Felices las almas que buscan para obtener y buscan como encontrar. Al poseerlo, poseen todas las cosas y encuentran un tesoro que no se desvanece. ¡Lector! has encontrado a Cristo? ¿Es él la perla de gran precio en tu estima? ¡Oh! ¡la bendición de tal descubrimiento! Jesús será, como lo expresa este dulce capítulo, un adorno de gracia para la cabeza, y una corona de gloria entregará a los que lo aman. Él mismo dice: retén lo que albergas; que nadie tome tu corona. Al que venciere, le haré columna en el templo de mi Dios, y no saldrá más.

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